En Andalucía y más concretamente en algunas comarcas de Granada, Almería y Córdoba cuando alguien era víctima de lo que hoy consideramos una astenia o se presentaban síntomas de agotamiento se tomaba un postre considerado como reconstituyente y que a continuación paso a detallar en su receta .
Nada más simple que una naranja bien pelada o torneada y cortada en rodajas de un centímetro, aproximadamente, presentada en un plato o fuente planos.
A continuación se desgajan tres o cuatro dientes de una cabeza de ajo y con su piel intacta se ponen sobre el fuego directo o la hornilla del fogón para proceder a asarlos a fuego lento siendo suficiente que la piel se ennegrezca. Se procede a retirar la misma y con un tenedor se aplasta la pulpa.
Extender la pulpa del ajo sobre las rodajas de naranja y a continuación rociar estas con abundante aceite de oliva virgen, dejar enfriar.
Sorprendente contraste pues la naranja mitiga el sabor del ajo y el aceite la acidez de la misma.
Su efecto revitalizador está asegurado.
Por supuesto que para este postre hace falta ser partidario del ajo. Sobre gustos si hay mucho escrito.
Salud y buen apetito.
Marqués de Byran