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CÓMO REFORZAR LAS DEFENSAS CON UN POSTRE DE ORÍGEN ÁRABE

Desde siempre la sabiduría popular, basada en la experiencia, ha demostrado que sus métodos son eficaces. Así se usaron la cebolla y el ajo por sus propiedades antisépticas, el yogur y los dátiles en otras culturas, los condimentos picantes para paliar el hambre y un sin fin de otras aplicaciones de la dietética tradicional.

En Andalucía y más concretamente en algunas comarcas de Granada, Almería y Córdoba cuando alguien era víctima de lo que hoy consideramos una astenia o se presentaban síntomas de agotamiento se tomaba un postre considerado como reconstituyente y que a continuación paso a detallar en su receta .

Nada más simple que una naranja bien pelada o torneada y cortada en rodajas de un centímetro, aproximadamente, presentada en un plato o fuente planos.
A continuación se desgajan tres o cuatro dientes de una cabeza de ajo y con su piel intacta se ponen sobre el fuego directo o la hornilla del fogón para proceder a asarlos a fuego lento siendo suficiente que la piel se ennegrezca. Se procede a retirar la misma y con un tenedor se aplasta la pulpa.
Extender la pulpa del ajo sobre las rodajas de naranja y a continuación rociar estas con abundante aceite de oliva virgen, dejar enfriar.

Sorprendente contraste pues la naranja mitiga el sabor del ajo y el aceite la acidez de la misma.

Su efecto revitalizador está asegurado.

Por supuesto que para este postre hace falta ser partidario del ajo. Sobre gustos si hay mucho escrito.

Salud y buen apetito.

Marqués de Byran