Desde hace unos años ha ido desapareciendo de las estanterías y licoreras siendo su presencia puramente simbólica.
La oferta era muy variada y era costumbre muy arraigada el tomarlo por la mañana a la manera de aguardiente.
Hoy su consumo se reduce a unas pocas marcas de gran nivel y calidad siendo el resto utilizadas para condimento de cocina.
La gran mayoría se exporta a otros países en los que es muy apreciado por su calidad.