Hoy estuve en la Ser y hablamos de "Millesimés" y el "laterío"con Carlos G. Cano y Fernando Bayo:
Por pura casualidad y sin tener otra intención comencé a
coleccionar latas de conservas de sardinas. Me llamaron la atención, al
principio, las bellas estampaciones y diseños sobre el metal de hojalata. Otras se envolvían simplemente en papel con los emblemas e insignias de los fabricantes.
Dos últimas adquisiciones gracias a Elena que vino cargada desde Portugal |
También de Portugal y reciente Gracias a Laura y Cesar |
En viajes, con amigos y conocidos, por internet, con visitas
a viejas tiendas de ultramarinos y colmados así poco a poco se fueron
acumulando latas
y en algunos casos el placer de la degustación de un manjar
muchas veces denostado por su bajo precio.
Hoy estas humildes latas llevan camino de en unos pocos años
-10 a 15, no más- convertirse en un lujo debido a las moratorias de pesca que
intentan salvar esta especie tan común en todos los mares y que tan beneficiosa
es para la salud. Algo parecido a lo ocurrido con la anchoa o bocarte.
Ya saben lo que sucede con la salazón de anchoa …pues lo
mismo. Escasez que hará subir los precios.
Mi finalidad es estimular, mejor, despertar su curiosidad para los temas relacionados con la alimentación sana. Esta es la razón de
escribir este post.
Se me olvidaba decirles que hay un aspecto curioso y poco
conocido respecto a la duración o caducidad para el consumo de una lata de
sardinas:
¿Sabían que se puede consumir una lata de sardinas con 40
años de edad?
¿Qué su precio puede superar en algunos casos los cien euros
y que son muy apreciadas en Francia, Inglaterra, Italia y otros países?
Les recomiendo otro post en el que hablamos de otra conserva y lo delicado que es comerla:
http://gastrhomia.blogspot.com/2013/12/surstromminglas-apariencias-enganan.html
Como esta materia es delicada y otros saben muchísimo más que yo les remito al artículo de Antonio Ortí, en el Blog Comer o no Comer, y cuyo enlace les acompaño:
http://gastrhomia.blogspot.com/2013/12/surstromminglas-apariencias-enganan.html
Como esta materia es delicada y otros saben muchísimo más que yo les remito al artículo de Antonio Ortí, en el Blog Comer o no Comer, y cuyo enlace les acompaño:
Un lector de Vigo nos hace llegar un reportaje titulado
“Larga vida a la sardina” donde se relata que algunos entendidos guardan las
latas de sardinas de las mejores conserveras y dejan que pase el tiempo antes
de probarlas. Tres, cinco, 10, 20, 40…años. En el susodicho artículo, Juan
Manuel Vieites, director general de Anfaco, la patronal conservera española,
declara: “la sardina en lata es un producto no perecedero si está
sellado herméticamente. El fabricante puede poner la fecha de consumo
preferente que desee. Si la fija en cinco años……………….,
También pueden leer sobre cómo me gustan a mi: "Las Sardinas del rey" -Click aquí-
MARQUÉS DE BYRAN