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ALIMENTARSE CORRECTAMENTE EN UN MUNDO DE “VENENOSOS” Y DULCES PELIGROS OCULTOS ?


La escalera de la Vida en la Mujer

Tiene un nombre raro, desconocido.
 Pero como todo lo que hace mal, está disfrazado de ventaja.
     El aspartamo es un edulcorante altamente tóxico, 200 veces más dulce que el azúcar, adictivo, y con unas propiedades químicas que lo hacen peligroso para la salud.
     Se utiliza como sustitutivo del azúcar, especialmente en productos light, aunque se puede encontrar en miles de productos que se comercializan en todo el mundo.
     La OMS (Organización Mundial de la Salud) legalizó el uso comercial del aspartamo en 1974.
Pero empezaron a llover denuncias.
Aunque los organismos de salud afirman que sólo es perjudicial el consumo “abusivo” del edulcorante tóxico, resultaría difícil no superar la dosis mínima porque se encuentra en miles y miles de productos que comemos todos los días.
    En todos los supermercados, el aspartamo está escondido bajo el nombre técnico de E-951 (fíjate, fíjate, fíjate).
    Es uno de los aditivos más polémicos, cuestionados y, a la vez, minuciosamente analizados de la industria alimentaria mundial.
    Durante décadas, el aspartamo ha sido denostado y responsabilizado de mil y un perjuicios para la salud: desde provocar daños cerebrales o leucemia, hasta desencadenar trastornos hepáticos, epilepsia, sordera, migrañas, esclerosis, lupus, impotencia, infertilidad... no mató a Abel, pero casi.
    En Internet, incluso, circulan delirantes teorías ‘conspiranoicas’ sobre la oscura intención de un sector de productores alimenticios para envenenar a media humanidad a base de refrescos light.
Escala de la edades del Hombre
    A petición de la Comisión Europea y con ánimo de zanjar la vieja polémica, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) emprendió en 2012 el más ambicioso estudio realizado hasta la fecha para conocer el peligro real del vilipendiado aditivo E-951.
    Pues bien, el dictamen científico, que se acaba de hacer público, es tajante:
el aspartamo es absolutamente inocuo en los niveles autorizados actualmente para su consumo, algo que por otra parte ya sostenían más de un centenar de organismos que hasta la fecha lo han analizado.
Esa es la cuestión, en los niveles autorizados. Pero no considera la acumulación por su excesivo uso y consumo

    Su poder edulcorante es de unas 200 veces el azúcar de mesa y, actualmente, se emplea en la elaboración de más de 6.000 alimentos y bebidas: refrescos, edulcorantes de mesa, helados, pasteles, yogures, chicles... hasta medicamentos.

    Así, los expertos de la EFSA han ratificado que el aspartamo no daña ni el cerebro ni el sistema nervioso, ni provoca cáncer ni afecta al comportamiento o a la función cognitiva en niños o adultos en las dosis en las que se comercializa.
    Con respecto al embarazo, otra de las dudas más recurrentes sobre los hipotéticos peligros de su ingesta, los expertos no han observado riesgo alguno para el desarrollo del feto.
    Tan sólo apreciaron una excepción, por otra parte lógica y que no ha supuesto ninguna novedad: el aspartamo contiene fenilalanina, por lo que los enfermos de fenilcetonuria, cuyo hígado carece de la enzima que permite procesar este aminoácido, no pueden tomarlo.
Pero ¿qué es el aspartamo? Como tantos logros geniales de la humanidad, su descubrimiento se debió al más puro azar.
   Su paternidad se atribuye al químico estadounidense James Schlatter que, a mediados de los años 60, estaba investigando un fármaco para el tratamiento de las úlceras.
   Un día derramó por accidente algo de aspartamo en su laboratorio e, inconscientemente, se lamió la mano, quedando sorprendido de su intenso dulzor.
¿Y cuáles son esas cantidades adecuadas en la ingesta de las que habla la EFSA?
   Como con todo, la dosis es la que define la línea entre lo dañino y lo inocuo; lo mismo que no es malo tomar una copita de vino al día, pero sí lo es trasegar una botella entera.      
    En su informe, la Agencia sostiene que para un adulto de 60 kilos de peso la ingesta máxima recomendada es de unos 50 miligramos por kilo al día; para superar esta cantidad habría que beberse ¡unas 12 latas de refresco cada 24 horas!
    Las conclusiones de la EFSA ha sido recibidas con alivio por buena parte de la industria que se dedica a la comercialización de productos elaborados con este edulcorante, muy preocupados por la mala prensa que había acabado por repercutir en las ventas.

 ¿Alternativas?
   
 La stevia, el nuevo edulcorante natural
     A los edulcorantes sintéticos más populares, como son la sacarina, el aspartamo y el ciclamato, les ha salido recientemente un serio competidor: la estevia que, a diferencia de los anteriores es un producto completamente natural procedente de una planta que durante siglos se ha usado en Paraguay y Brasil por los indios guaranís por su capacidad edulcorante y con un bajo contenido calórico.
    La Unión Europea aprobó a finales de 2011 su inclusión dentro de la lista de aditivos alimentarios bajo la denominación de glucósidos de esteviol.
   Con su marca comercial, Stevia, ya comienza a verse tímidamente en las estanterías de los supermercados.
   Su poder endulzante es unas 200 ó 300 veces más potente que el azúcar de mesa. Y tiene una ventaja añadida: no altera los niveles de glucosa de la sangre, lo que lo convierte en un producto apto para diabéticos.
    Se le atribuyen muchas más virtudes, por ejemplo, en el control de la presión arterial o por su capacidad antioxidante, aunque en el origen de su comercialización tampoco estuvo exento de la polémica: algunos estudios alertaban de su genotoxicidad (es decir, de causar daños en el material genético) y su capacidad para inhibir la fertilidad.
     Al igual que ocurrió con el aspar tato, en las dosis comercializadas la stevia cuenta con el beneplácito de la EFSA, la máxima autoridad europea en seguridad alimentaria.


Nos bombardean con alimentos en nuestra sociedad de la "abundancia".

 Personalmente estoy en  contra del aspartamo y pienso que debemos acercarnos, en nuestros hábitos de consumo alimentarios, a la Naturaleza.

Si hay que endulzar, pues eso, azúcar.
Si no, pues nada.

Ya hablaremos de otras cuestiones cono la tendencia CicloNat que postula sólo tomar alimentos de temporada y del área geográfica en que se habite.
De las tres conocidas como “MUERTES BLANCAS”: la leche (el ser humano es el único mamífero que sigue consumiendo leche después del destete); el azúcar y la sal.
De las dietas, la mejor es la que considera tu médico, y sobre todo escuchar a tu cuerpo según las estaciones del año y el rendimiento al que le sometes.

Aquí les dejo dos posiciones para que Uds. tomen conciencia de este polémico tema:

En contra

A favor

 Fuentes:
El Correo de Vizcaya

Estudios para la Salud

Marqués de Byran